domingo, 26 de febrero de 2012

Wellness

Estados Unidos, 2008
Director: Jake Mahaffy
Cliente: Subtitularte
Protagonistas: Jeff Clark y Paul Mahaffy
Pudo verse en: La Casa Encendida



En el crudo y plomizo invierno de Pensilvania, Thomas Lindsey intenta atraer inversores para la purga de Benito, un fármaco revolucionario llamado Wellness que, como su propio nombre indica, proporcionará gran bienestar a sus consumidores. Para poder participar en este gran negocio, solo han de adelantar un dinero, cuanto más mejor, y depositar en este hombre y en Wellness un gramo de fe, que dirían los Pony Bravo. Solo hay un problema: Wellness no existe, pues es el señuelo de una estafa de tipopiramidal de la que el pobre Lindsey es, a la vez, ejecutor y víctima.
           No es esta notable película de bajo presupuesto una vuelta de tuerca más a la figura del cazador cazado, pues Lindsey no forma parte de las alimañas, al menos no conscientemente. No, con sus aires de looser impenitente, está bien claro casi desde el principio que Thomas Lindsey es un pobre iluso que muerde una de las muchas añagazas de un capitalismo a la americana, inhóspito como ese clima gélido y desalentador en el que se desarrolla la acción.



           Basada, a tenor del último cartel de la película, en una historia real casi sufrida por el director, Wellness tiene una estética de producción baratuja y desaliñada, de temblorosa cámara en mano y planos chuscos. Pero eso, precisamente, le da una pátina de credibilidad mayor, pues no tiene sentido contar una historia de mugre decadente y capitalismo feroz con estética de vídeo clip. Wellness es una película chunga que te deja el espíritu por los suelos sin trucos ni artimañas: le basta con esa historia de lobos y corderos, tan simple y tan cercana a la vida real de ciertos mindundis que quieren salir de pobres a toda costa y acaban devorados por sus mezquinas ambiciones de andar por casa. Todo gracias, por supuesto, a un sistema con grietas por las que se cuelan advenedizos y sinvergüenzas de todo pelaje, como las crónicas del origen y evolución de la actual crisis se ocupan de recordarnos casi a diario.

8 comentarios:

  1. Bueno la reseña no es muy alentadora que digamos.
    Últimamente me ando alejando de temas de este tipo.
    Me ponen de muy mala leche.
    Besos, Jota.

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  2. Pues a mí me atrae la peli.
    Me gusta comprobar como mi opinión sobre la catadura moral del ser humano es compartida por alguna persona más.

    Saludos.

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  3. si señor, carnaza de la que nos gustaaaaaaaaa
    yo ya tengo ganas de verla, ea
    el tema de ver cuan bajo puede caer el ser humano por el dinero (o por otras lindezas) siempre me ha interesado, y esta vez no va a ser menos
    lo que, contestando arriba, no deja de ponerme de mala leche

    un abrazo, exiliado

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  4. Gràcies, Jota, per donar-nos-la a conéixer. He de dir-te que ací som experts en tota mena d'enganys: només cal mirar els nostres governants.
    D.

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  5. Muy bien contada la trama de la película, la desmenuzas de maravilla, mientras la leía parecía que la estaba viendo.
    En cuanto tenga ocasión iré a verla, aunque voy poco al cine ultimamente, ésta me gustaría verla porque, como dices, es un retrato de la pura realidad de la vida, de la decadencia de la sociedad, de las maquinaciones del dinero y de lo que se puede sacar de una estafa piramidal, como pasó en mi ciudad, que la esquilmaron cuatro desalmados.
    Un abrazo muy fuerte, hasta pronto querido amigo, felicidades por tan gran entrada, me ha encantado leerla, es perfecta.

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  8. Zarzamora:

    Ya sé que no es tu caso, pero hay que tragarse la mala leche e informarse. De lo contrario, "ignorance is bliss".

    Toro:

    El ser humano es capaz de esto y mucho más.

    César:

    Sí, señor, mugre de la buena. Lo que nos gusta. El ciclo que nos faltó en el Almay: mugres y miserias humanas. Otro abrazo para ti.

    Dolors:

    Dels nostres governants, millor ni parlar-ne. O sí, caldria que haguessin més pel·lícules sobre la corrupció, i no només a casa nostra.

    Demofila:

    Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo desde otra ciudad igualmente esquilmada. Se podría montar una federación de municipios y provincias asaltadas por politicastros mangones.

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