viernes, 21 de septiembre de 2012

ASINERGIAS SUBTITULARIS




Comienza el otoño y con él la temporada fuerte de festivales de cine. Aunque de momento mis andanzas laborales discurren por otros derroteros, estos eran momentos de mucho trabajo y de viajar por la geografía hispana. Por eso, en este Memorias de un subtitulari especial por el cambio de estación, os quiero hablar del No Tan Extraño Caso de la Película Triplemente Traducida.
                Muchas películas que se exhiben en los festivales raramente llegan a las salas comerciales. Las que sí lo van a hacer suelen llegar ya subtituladas en láser, en una copia que posteriormente se exhibirá para el público en general, con lo cual no pasan por nuestras manos. Pero, a veces, sí pasa que una película que has traducido para un festival se exhibe luego subtitulada en cines. Ayer, sin ir más lejos, fui al cine a ver The Guard (El Irlandés), que yo subtitulé para Valladolid. La copia que vi ayer no llevaba mis subtítulos. Es decir, que la productora pagó una segunda traducción innecesaria, pues ya existía la mía. Esto es mejor para el bolsillo del compañero que la re-tradujo, pero supone un gasto tonto para la productora, que podría haberse solucionado poniéndose en contacto con la empresa que subtitula para la Seminci y comprando los subtítulos, lo cual es más económico que encargar una traducción y sincronización desde cero.

                Si esta asinergia es moneda de cambio, lo que os voy a contar a continuación bate récords. El pasado otoño, la película sueca The Black Power Mixtape, una interesante cinta que recopila grabaciones de cineastas y televisiones suecas sobre el movimiento de lucha por los derechos civiles de los negros estadounidenses en los sesenta y setenta, se exhibió en tres festivales españoles en apenas dos meses: en el In-edit de Barcelona (octubre), en el Festival de Cine Europeo de Sevilla y en el FIC de Gijón, ambos en noviembre. Para cada festival trabaja una empresa de traducción y, como colaboro con las tres, me consta que las tres recibieron por separado el encargo de traducirla y subtitularla. Cierto es que para el primero se tradujo al catalán, pero cuesta menos adaptar unos subtítulos ya hechos del catalán al castellano que traducirla toda entera de nuevo. Ya digo: tres traducciones tres para exhibir la misma película en el mismo país casi al mismo tiempo. Y una cosa os digo: si llegara a estrenarse en cines, cosa que dudo, me juego el cuello a que la productora encargaría una cuarta traducción.
             ¿Cómo podría solucionarse esto? ¿Creando un banco de datos a nivel nacional donde cada empresa o traductores autónomos listaran las producciones que han traducido? A primera vista, parece que traductores y agencias se benefician de esta situación, porque quien gasta dinero innecesariamente son festivales y productoras, pero creo que a la larga sería beneficioso para las agencias, porque si un festival quisiera traducir la película A, consultara la base de datos y viera que la empresa B ya la tradujo para el festival C hace cinco años, solo tendría que adquirir los subtítulos a coste reducido y la empresa ingresaría un dinero que, como demuestra la experiencia, es fácil que vaya a parar a otra. Y si la agencia tuviera el decoro de destinar un porcentaje de la transacción al traductor en concepto de derechos de autor, este sería ya el país de las maravillas.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Modern Family




Estados Unidos, 2009
Creadores: Steven Levitan y Christopher Lloyd
Cliente: Captions Inc
Pudo verse en: Edición DVD


Seguimos con las series. Esta es muy conocida y seguramente la mayoría de vosotros habréis visto, al menos, algún que otro capítulo, de modo que no me detendré demasiado en explicarla. Se trata de una sitcom de 30 minutos que versa, como su título indica, sobre una familia moderna. El patriarca de los Pritchett está casado en segundas nupcias con una colombiana explosiva y temperamental con un retoño obeso y delicado. Su hija es una maniática del control casada con un entrañable idiota y madre de tres hijos y su hijo es gay y, junto con su pareja, tiene adoptada a una niña vietnamita. Lo mejor de la serie es que, a diferencia de otras, no tiene ese empalagoso minuto final con moralina y música de ascensor como, por ejemplo, Los problemas crecen o La hora de Bill Cosby. Es de agradecer. Quien quiera predicar, que se compre una iglesia y se haga cura.
Como muchas, muchísimas series estadounidenses del mismo formato, Modern Family es divertida, ágil, con agudos diálogos y guiones muy currados. Traducirla para subtítulos supone un reto doble. En el aspecto lingüístico, implica no solo traducir juegos de palabras y chistes de forma que suenen naturales en castellano, sino adaptar a nuestro país referencias culturales que un español no entendería si se dejaran tal cual. Todo ello sin pasarse en plan El Príncipe de Bel Air, porque más que “españolizar” la referencia, hay que universalizarla: debe ser algo que también suene natural en boca de un norteamericano. Es decir, que si en inglés se hace referencia a un cómico desconocido en España, no vale sustituirlo por Chiquito de la Calzada, sino por un cómico estadounidense que sí se conozca aquí.
También técnicamente es difícil subtitularla, porque suelen ser series donde se habla muy rápido y los chistes se suceden a velocidad de vértigo. Conseguir resumir y condensar tanta coña respetando la velocidad de lectura mínima del espectador os aseguro que no es moco de pavo.
Pero, en fin, salvadas dichas dificultades, hay que decir que da gusto trabajar con algo que de vez en cuando te arranca una carcajada. Por cierto, siempre me he preguntado por qué el formato sitcom de 30 minutos no se ha trasladado nunca a España, que yo sepa. Si hay algún guionista en la sala, que hable ahora o calle para siempre.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bizarre Foods (Gastronomía Insólita)


Estados Unidos, 2006
Director: Andrew Zimmern
Cliente: Iberolusa
Pudo verse en: Discovery Max

He aquí una entrada un tanto atípica. Normalmente os hablo de películas que traduzco y subtitulo para cine, y esta es una serie de televisión que he traducido para doblaje. Andrew Zimmern es un chef de Nueva Inglaterra de fisonomía un tanto misterpotatesca que no tiene reparos en comerse lo que le pongan por delante. Para su programa Bizarre Foods (Gastronomía Insólita en España), recorre el mundo probando todo tipo de platos elaborados con ingredientes poco comunes: desde insectos de toda índole hasta vísceras variadas.
Dicho así, parece el típico programa donde un yanqui trotamundos se dedica a dar la nota regalándose el gaznate con mejunjes de aspecto repugnante. De ser así, ni se me habría ocurrido comentarla aquí. Pero el motor de esta serie, entretenida e interesante, trasciende la mera anécdota de comer un queso repleto de gusanos vivos en Nicaragua o una sopa de ortigas en su Maine natal. Estriba en demostrar que prácticamente todo es comestible y que las barreras que cierran el estómago ante determinados alimentos son meramente culturales. Así, un español jamás comería de buena gana gusanos, como hacen los tailandeses (aunque sí caracoles, curioso, cuanto menos), del mismo modo que un noruego le haría ascos al morro de cerdo frito que un manchego toma tan ricamente de aperitivo.
Sí, es cierto que la bonhomía y el permanente estado de alucine de Zimmern hacia los platos que le ofrecen sus anfitriones puede resultar cargante a ratos. También, que al ser una serie estadounidense, Zimmern flipa con comer cosas tan poco insólitas para nuestra cultura como los callos, el hígado o la sepia. Pero la serie tiene muy buen ritmo, te enseña cosas que desconocías de países remotos y otros que no quedan tan lejos y te propone un viaje cultural a través de los sentidos, especialmente del gusto, el olfato y la vista, fundamentales a la hora de abrirnos (o quitarnos) el apetito.
Y suscribo plenamente una de las frases de la introducción de Zimmern a cada episodio: la mejor manera de conocer otras culturas es a través de la comida. Volviendo a parafrasear a Zimmern, me despido como él, con su frase final: cuando viajes por ahí, “si tiene buena pinta, cómetelo”.