martes, 3 de julio de 2012

Subtítulos por fans y para fans


La publicación de un artículo publicado en un blog de El País ha generado cierto revuelo en un foro de traductores audiovisuales en el que participo. Habla de fenómeno de los fansubbers, es decir, los aficionados a las series que se unen en comunidades virtuales para traducir entre unos cuantos sus series favoritas sin cobrar. Si queréis saber de qué hablo, podéis leerlo aquí.
     El texto generó un encendido y a veces agrio debate que podría resumirse en el siguiente titular: “Fansubbers, ¿intrusismo o altruísmo?” Yo, de lo primero, mejor me callo, porque mi formación universitaria es como periodista. Creo que llevar diez años dedicado profesionalmente a la traducción audiovisual, y de ellos los últimos seis viviendo exclusivamente de ella sin jolgorios pero sin apreturas, y haber sido aceptado sin peros en dos asociaciones de traductores me acreditan como traductor profesional, pero como digo, por si acaso, no me meto en acusaciones de intrusismo.
     Yo no creo que los fansubbers sean culpables de intrusismo, simplemente porque no compiten en la misma liga. Me pareció muy acertado el enfoque de Milagros de Juan, que a veces comenta en este blog, y a continuación querría ahondar brevemente en ello. Decía Mila que lo malo de dicho artículo eran algunas afirmaciones de los entrevistados, quizá no suficientemente matizadas por la periodista y que podían llevar a confusión.
     En ese sentido, yo me quedo con dos de la estudiante de Estadística Aplicada de 22 años. La primera es que “no considera que sea un trabajo por el que se debiera recibir una remuneración económica”. En tu caso, desde luego que no: ni tienes la formación adecuada ni tu traducción va a ser comercializada, generando negocio o un valor añadido. Pero la frase, dicha así, en general, nos toca las narices a los que precisamente vivimos de esto y, día sí y día no, nos encontramos con algún menda que, al saber qué hacemos para pagar la hipoteca, arquea las cejas en plan: “¿Y por eso te pagan?”
     La segunda es que hay series cuyos subtítulos pueden estar listos “en un par de horas”. Se refiere, claro, a que son populares, todo el mundo quiere traducirlas y como hay muchos traductores, se traducen más rápido. Vale, bien, de acuerdo, pero en dos horas ya os digo yo que es imposible hacer una traducción decente, ni siquiera en equipo. Precisamente, el artículo me pilló traduciendo una serie estadounidense y empleo día y medio para dejar un episodio de 40 y pico minutos “niquelado”. Hacerlo en dos horas, por muchos colegas que te apoyen, no da como resultado una traducción, sino una mierda pinchada en un palo. Demasiados fansubs suelen tener bastante poca calidad y muchos modismos y juegos de palabras se traducen literalmente, en plan from lost to the river.
     En general, lo que me pareció grave del texto es que se desprende una idea general de que para traducir una serie basta con defenderse con el idioma. Esto es de una soberbia y miopía imperdonables y un error garrafal que, por cierto, creo que cometen muchos advenedizos que han pasado un año en Londres y luego vuelven a España y tienen la brillante idea de que saben el suficiente inglés como para ponerse a traducir. No fucking way, traducir (bien, se sobreentiende) una película o serie es mucho más que dominar un idioma extranjero y el tuyo propio: es también intuición, modestia, desconfianza, apego por el diccionario, imaginación, ingenio, capacidad de adaptación y síntesis y una pizca de talento. Estos traductores descuidados y supuestamente profesionales sí que hacen daño, no un hatajo de chavalines que emplean su tiempo libre en subtitular series sin distribución en España. Y si con ello aprenden o mejoran el idioma, eso siempre es de agradecer en un país que todavía no conoce un presidente del Gobierno que haya hablado inglés sin sacarnos los colores.