domingo, 20 de noviembre de 2011

Les Géants


Bélgica, 2011
Director: Bouli Lanners
Reparto: Zacharie Chasseriaud, Martin Nissen y Paul Bartel.
Cliente: Subtitula'm

Hoy os traigo una película también belga, como la anterior, pero de la parte francesa. Y además, bien reciente, recién sacada del horno. Con eso me refiero a que acaba de estrenarse en el Festival de Gijón esta misma mañana. No os quejaréis de primicias en esta página.
Bromas aparte, ya cuando la traduje en la oficina, Les Géants me dio muy buenas vibraciones, que no han hecho más que confirmarse al sincronizarla esta mañana y verla en pantalla grande. Desde luego, en ella se aprecian mucho mejor unos fantásticos paisajes del campo luxemburgués que, en un principio y por el atuendo de los protagonistas, me hicieron pensar que la película era quebequense.
Les Géants cuenta la agridulce historia de dos hermanos preadolescentes en régimen de semiabandono paterno que, junto con un amigo, se las ingenian para sobrevivir solos en la casa de su difunto abuelo mientras esperan que la madre ausente venga a recogerlos concluido el verano. Es una película sencilla con sabor a cine indie, 100% típica de este festival, con pocos diálogos y momentos bastante cómicos, pero teñida permanentemente de una cierta tristeza por la lamentable situación de unos niños cuyos padres parecen tener cosas mejores que hacer que ocuparse de ellos. Los pequeños lograrán, con mejor o peor fortuna, ir desenvolviéndose y se crecerán ante las adversidades para convertirse, precisamente, en gigantes, que es lo que significa el título de la película.


Dirigida por Bouli Lanners, la puesta en escena y el pulso de la película es diametralmente opuesta a la desenfrenada, loca y también muy recomendable Eldorado, que se estrenó en Gijón en 2008. Otro punto a favor de la película es la música, a cargo del belga The Bony King of Nowhere, fantástica y que interactúa de tú a tú con las imágenes. Es un arte este que parece un tanto descuidado últimamente, especialmente en el cine español. No hay más que ver ciertos momentos de Camino, de Javier Fesser, o Caótica Ana, de Julio Medem, con canciones absurdas mal metidas con calzador que "te sacan" de la película y hacen añicos el clímax.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Hasta la vista


Bélgica, 2011
Director: Geoffrey Enthoven
Reparto: Tom Audenaert, Isabelle de Hertogh, Gilles de Schrijver y Kimke Desart
Cliente: Subtitula’m
Pudo verse en: Seminci 2011



Las pocas películas flamencas que me ha tocado traducir o sincronizar en sala durante mi trayectoria como subtitulador suelen adolecer de lo mismo: cierto aire de telefilme que lastra el conjunto. La ganadora de la Espiga de Oro de la Seminci de este año no acaba de sustraerse a dicha tónica, pero el guión es tan bueno y el trabajo interpretativo tan consistente que se acaba perdonando.
La cinta ganadora es, en general, una comedia con momentos dramáticos en los que Enthoven está a punto de caer en la sensiblería pero, por fortuna, nunca tensa la cuerda hasta excederse, o da un volantazo que nos arranca de nuevo la risa. Es, además, una película con trasfondo de denuncia social (tibia, pero denuncia) sobre el trato, muchas veces condescendiente, que damos a los minusválidos.
Hasta la vista, titulada así, en castellano, por motivos que inmediatamente veremos, es una road movie en la que un tetrapléjico, un paralítico y un casi ciego emprenden un viaje en furgoneta desde su Flandes natal. La excusa es visitar pagos y bodegas en Francia y España, pues los tres amigos comparten pasión por el vino. Pero, en realidad, su plan concierne a su otra pasión, las mujeres, pues su verdadero destino es perder la virginidad en un burdel en España (dónde, ¿si no?). Así, inician la ruta hacia El Cielo, un prostíbulo de la Costa Brava donde no ponen reparos a clientes como ellos. Para ello contratan a Claude, una valona ruda en las formas pero de espíritu libre, que servirá de catalizadora en las, a veces, agrias relaciones de los compañeros de viaje.
En fin, que no sé si Hasta la vista es una película con el empaque suficiente para ganar un festival como el de Valladolid, pero sí es, desde luego, una película bien maja, entretenida y bien contada y con actores y actrices creíbles. De vez en cuando, está bien que los jurados conecten con las pasiones del público llano.

martes, 1 de noviembre de 2011

Død snø (Zombis Nazis)


Noruega, 2009
Director: Tommy Wirkola
Reparto: Vegar Hoel, Stig Frode Henriksen, Charlotte Frogner y Lasse Valdal
Cliente: Subtitula’m
Pudo verse en: Semana de Cine Fantástico y de Terror deDonosti 2009, Festival Almay! Ayora 2010, cines comerciales


No soy muy amigo de la importación de fiestas extranjeras, suelo ver en ello oscuros (o más bien claros, por lo evidentes) intereses comerciales. Un ejemplo de ello es el dichoso Halloween, que hace no tantos años solo conocíamos por E. T. El Extraterrestre y ahora se ha convertido en una fecha imprescindible de nuestro, ya de por sí, extenso calendario festivo. En España, lo que se ha celebrado toda la vida es el día de las ánimas o de difuntos o de todos los santos. Que se parece, pero no es lo mismo. Cuenta la leyenda que en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, se permite a las almas de los seres queridos regresar a visitar a los suyos, y de ahí que en algunos lugares se enciendan velas que arden toda la noche para ayudar a los muertos a encontrar sus antiguos hogares.
Aprovechando esto de los muertos resucitados, siquiera temporalmente, esta semana os presento una de zombis. No soy especialmente amigo del género, pero esta cinta noruega fue una buena sorpresa y vaya si me reí a gusto cuando la pasé en la Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donosti, certamen donde quedó en segunda posición. La premisa inicial tiene su miga: que los zombis sean nazis perdidos en las montañas del norte de Noruega cuando la guerra, despertados en el tercer milenio por un grupete de montañeros de Oslo que se van a pasar las vacaciones de Pascua a una cabaña en medio de la nieve.
El desarrollo de la trama cumple con creces las expectativas, y así asistimos a una serie de barbaridades, situaciones grotescas y, sobre todo, a un festival de vísceras y sangre excepcional. Gamberra a más no poder, es una de esas películas de sustos, que no de miedo, y animaladas que provocan carcajadas en un público, por lo general, entregado. Pura evasión cinematográfica.
El título en noruego significa “nieve muerta” y como tal se tradujo al inglés. Los distribuidores españoles prefirieron no arriesgar e impusieron el mucho más evidente Zombis Nazis, no fuera a ser que alguien intentara hacer una mínima asociación de ideas y muriera en el intento.