miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bizarre Foods (Gastronomía Insólita)


Estados Unidos, 2006
Director: Andrew Zimmern
Cliente: Iberolusa
Pudo verse en: Discovery Max

He aquí una entrada un tanto atípica. Normalmente os hablo de películas que traduzco y subtitulo para cine, y esta es una serie de televisión que he traducido para doblaje. Andrew Zimmern es un chef de Nueva Inglaterra de fisonomía un tanto misterpotatesca que no tiene reparos en comerse lo que le pongan por delante. Para su programa Bizarre Foods (Gastronomía Insólita en España), recorre el mundo probando todo tipo de platos elaborados con ingredientes poco comunes: desde insectos de toda índole hasta vísceras variadas.
Dicho así, parece el típico programa donde un yanqui trotamundos se dedica a dar la nota regalándose el gaznate con mejunjes de aspecto repugnante. De ser así, ni se me habría ocurrido comentarla aquí. Pero el motor de esta serie, entretenida e interesante, trasciende la mera anécdota de comer un queso repleto de gusanos vivos en Nicaragua o una sopa de ortigas en su Maine natal. Estriba en demostrar que prácticamente todo es comestible y que las barreras que cierran el estómago ante determinados alimentos son meramente culturales. Así, un español jamás comería de buena gana gusanos, como hacen los tailandeses (aunque sí caracoles, curioso, cuanto menos), del mismo modo que un noruego le haría ascos al morro de cerdo frito que un manchego toma tan ricamente de aperitivo.
Sí, es cierto que la bonhomía y el permanente estado de alucine de Zimmern hacia los platos que le ofrecen sus anfitriones puede resultar cargante a ratos. También, que al ser una serie estadounidense, Zimmern flipa con comer cosas tan poco insólitas para nuestra cultura como los callos, el hígado o la sepia. Pero la serie tiene muy buen ritmo, te enseña cosas que desconocías de países remotos y otros que no quedan tan lejos y te propone un viaje cultural a través de los sentidos, especialmente del gusto, el olfato y la vista, fundamentales a la hora de abrirnos (o quitarnos) el apetito.
Y suscribo plenamente una de las frases de la introducción de Zimmern a cada episodio: la mejor manera de conocer otras culturas es a través de la comida. Volviendo a parafrasear a Zimmern, me despido como él, con su frase final: cuando viajes por ahí, “si tiene buena pinta, cómetelo”.

11 comentarios:

  1. JOTA:
    ¡Bonico soy yo para ver esa serie, con lo tiquismiquis que soy, jajaja! Si a mí primero me tiene que entrar la comida por el oido, después por la vista y finalmente, pasados esos filtros, por el gaznate, jajaja.
    Me temo que no estoy yo hecho para ver esos capítulos...
    Salu2 comestibles.

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  2. Pues a mí me encanta probar la gastronomía de otras culturas, incluso la "raruna". ^_^ Que luego me guste o no es ya otra historia...

    Tengo una espinita clavada y es que, cuando estuve en China, no me atreví a zamparme una brocheta de escorpiones porque el puesto era callejero y me daba cosa pillarme una gastroenteritis viajando -como viajaba- con un bebé, que si no...

    Cuando he viajado sin peques me he atrevido a comer prácticamente de todo (lo que se mueve NO - eso me da repelús - hasta que sea capaz de tragarme una ostra y tenga el camino casi abierto...) y en cualquier lado (si yo te contara...), y nunca me ha pasado nada.

    Creo que esa serie me gustaría. :))) Gracias por descubrírnosla, Jota.

    Besos.


    Pd.: "Si tiene buena pinta Y HUELE BIEN, cómetelo".

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  3. Hola Jota, ¿cómo va todo?, oye, ¿sabes dónde se puede ver esta serie?, ¿en algún canal en particular de alguna operadora o algo?

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  4. Pues yo he estado en China y las patas de pollos te la ponìan y no fuimos capaz de comèrnosla, asi que yo no soy de probar muchas raruna....

    un abrazo

    fus

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  5. Esta claro que la cultura culinaria predomina en el buen menllar de cada persona.
    Este señor lo hace por negocio y en otro caso podria ser por sobrevivir.
    Yo me paro a pensar en ocasiones cuando veo este tipo de documentales y me queda la duda ¿que haria yó?.
    Y siempre llego a la conclusion, cuando el habre apreta ....
    Besos

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  6. Tiene buena pinta la traducción.
    Me he reído con la presentación en lenguaje achinado y
    Ese Bon appétit!!! final.

    Zimmern tiene toda la pinta de ser "un bon vivant". Me hubiese encantado hacer esa serie con él.
    En México probé unos bichos con azúcar que llaman chapulines y estaban... ummmm.
    Y unos amigos chinos me hicieron probar huevos de codorniz con el embrión...
    Eso sí, prefiero hacerlo con los ojos cerrados y sin saber qué es.

    Besos, Jota.

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  7. A mí me gusta verla, es interesante. Por lo visto, según me han contado porque no vi ese capítulo, una de las cosas que más repelús le dio probar fue...

    una chirimoya

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  8. (¿para cuando otra grafipuertada?)

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  9. Dyego:

    De verdad que la serie es muy interesante culturalmente, más allá del repelús que te puedan producir unos u otros alimentos. Yo te animo a que la veas. ¡Verla no es probarla! ;)

    L:

    Hiciste bien con los escorpiones. Por experiencia propia, sé que hay que ir con cuidado a la hora de comer en algunos puestos callejeros. Los hay limpios y gorrinos, y eso suele coincidir con el aspecto del propietario y sus trazas. Una gastroenteritis con un bebé a cuestas puede ser lo más parecido al infierno. Como comento en el artículo, lo que decidimos comer y lo que no obedece se rige por tabúes culturales. ¿Qué diferencia hay entre comerse unas angulas de Aguinaga o unos gusanos de Tailandia? Pocas, aparte del precio. Que sigas comiendo y viajando tan ricamente.

    Toni:

    Hola, todo bien, gracias. Espero que a vosotros también os vaya bien. La serie se ha podido ver este verano en Discovery Max, pero no sé si la siguen haciendo. Un abrazo.

    Fus:

    Precisamente, en el capítulo de Los Angeles de la serie, Andrew acaba sus correrías en un restaurante que es lo más de la ciudad y sirven patas de pollo y crestas como el colmo de la exquisitez. En el pueblo de mi padre se usan para hacer caldo, son conocidas popularmente como "escarbaeras" (porque con ellas escarban las gallinas) y hay quien se pelea por chuperretearlas. Vamos, que estos chinos no han inventado nada nuevo... ;)

    Pedrete:

    Está claro que cuando uno se muere de hambre, se come cualquier cosa, y muchos alimentos que ahora son cotizados, como la langosta, antes no se comían porque a la gente les daba asco. Si te pones a pensarlo, una langosta o una gamba parecen insectos de mar gigantes.

    Eva:

    Yo probé los chapulines (salados y especiados) en Suecia, donde una amiga con doble nacionalidad me los dio a probar, y estaban bien ricos. Las cucarachas gigantes de Madagascar que se come Andrew en el especial Halloween, sin embargo, quizá se me harían un poco bola...

    Anónimo:

    Anímate a firmar con tu nombre o seudónimo. No respondo a anónimos.


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  10. Hola de nuevo, Jota. El anónimo, o más bien anónima, era yo, Benedetina. No sé si me recuerdas, hace mucho que no tengo blog. Solo pude usar la opción de anónimo para dejarte un comentario y se me pasó firmar.
    Saludos,
    María.

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  11. ¡Hola, Benedetina!

    Ese capítulo de la chirimoya también pasó por mis manos. No sé si en él, o en otro, Andrew confiesa que normalmente las cosas que le suelen gustar menos o le cuesta más probar son precisamente frutas, y más que por el sabor, por la consistencia. A mí la chirimoya también me da bastante asquito. Tiene esa consistencia cremosa y ese dulzor como a fruta pasada que me tiran bastante para atrás.

    Y lo de las grafipuertadas... es un proyecto que ya cerré.

    Saludos. Me alegro de volver a encontrarte.

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