jueves, 29 de marzo de 2012

Et maintenant, on va où? (¿Y ahora adónde vamos?)

Francia / Líbano / Egipto / Italia, 2011
Directora: Nadine Labaki
Protagonistas: Claude Baz Moussawbaa, Leyla Hakim, Nadine Labaki y Yvonne Maalouf.
Cliente: Subtitula'm
Pudo verse en: Festival Internacionalde Cine de San Sebastián 2011, cines comerciales.



Segunda parte de mis pelis favoritas del Zinemaldia 2011. Tras el mal trago de Shame, vamos con una película que te deja un dulce sabor de boca. Nadine Labaki compone excelentes tapices cinematográficos con los mimbres que suelen ser del agrado del gran público: guiones redondos, historias bien contadas, la dosis justa de drama salpicada de humor blanco e incluso algunos numeritos musicales. De ahí que sus dos películas presentadas en Donosti (la anterior fue Caramel, en 2007) hayan ganado el premio del público. Et maintenant on va où? gustó, y mucho. Cuando la sincronicé en el Teatro Victoria Eugenia en la última edición del festival, la proyección acabó con una de las ovaciones en pie más largas que yo recuerde.
          Las grandes protagonistas de esta película de Labaki son las mujeres. Las mujeres de un pueblo del Líbano donde conviven musulmanes y cristianos. La guerra civil de dicho país dejó al pueblo con más hombres en el cementerio que en los hogares, y estas viudas y madres con hijos de menos están decididas a evitar que la historia se repita a toda costa. Aquí tenemos la materia prima de un drama, y bastante de ello hay en la película, pero la astuta Labaki nos endulza la píldora con situaciones disparatadas, como, entre otras, la contratación de una cohorte de coristas rusas para apaciguar las incipientes rencillas entre los machos de ambas religiones.
           Mediante la puesta en escena de las ideas y tejemanejes de estas mujeres, se rinde homenaje a la condición femenina, a cómo el ingenio de las féminas sirve para frenar los ardores guerreros y la obcecación cerril de los varones. La película es deliciosa, tiene esa capacidad de aligerarte de todo lo que traías encima al entrar en la sala y absorberte los sentidos por completo. La magia del cine, quoi!
          Al menos a mí, también me invitó a la reflexión posterior sobre si en una humanidad donde el poder lo ostentaran tradicionalmente las mujeres, es decir, si nuestras sociedades hubieran sido desde siempre matriarcales y no al revés, habría menos guerras y más espacio para soluciones negociadas de los conflictos. Yo me inclino a pensar que sí, pero es difícil saberlo, pues muchas mujeres directivas actuales suelen copiar los patrones masculinos y exacerbarlos para triunfar en un territorio donde están en minoría. Pienso en tipejas como la Cospe, la Espe (ese siniestro duo cómico sin gracia ninguna) o la Thatcher, sin ir más lejos.


8 comentarios:

  1. Yo también pienso que con un matriacardo el mundo funcionaría mejor.
    Obviamente siempre que no intenten imitarnos.

    Parece una buena película.

    Saludos.

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  2. La peli me hizo orgullosa de mí. A veces sentirse mujer, sólo eso, es ya para correrse de gusto.

    Beso!

    Lu.

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  3. Jota, t'has deixat la Soraya, o la Hillary. Gràcies per les teves ressenyes tan currades. Després de llegir-les sempre m'entren moltes ganes de veure la pel·li en qüestió, i aquesta vegada més!

    Una abraçada.

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  4. Me la apunto!

    La verdad es que ya había oído hablar de ella, y después de tus comentarios y de ver el trailer, me quedo con ganas de verla

    Gran entrada la de esta semana

    Gracias Jota, y un abrazo muy fuerte!

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  5. Ce film est excellent!
    Aquí salió en octubre de 2011 y me precipité para ver la peli.
    Tras Caramel, y la manera de filmar, la fotografía, la música, el guión y la perspectiva con la que Labaki aborda los temas, su segundo intento sólo podía ser otro éxito para minorías.

    Eso es cine.

    Besos, Jota.

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  6. Buenos días, gracías por enviarme el email y avisarme de que has sacado estaentrada, me gusta que me avises cuandosacas una entrada nueva.
    No he visto la palícula pero por lo que narras de ella y por los comentarios que he visto que han hecho debe ser muy buena, en cuando pueda iré a verla, a mi tampoco me gustan las mujeres que quieren imitar a los hombres o parecer como ellos, soy muy femenina y estoy orgullosa de serlo, no quiero nada más que los derechos que me pertenecen, los de los hombres para ellos, yo con los mios tengo bastante.
    Un abrazo, hasta pronto querido amigo

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  7. Toro:

    Como me dijiste en la entrada de Wellness, me alegro de ver que hay otras personas que piensan como yo. ;)

    Luna:

    Es un orgullo leerte por aquí.

    Bernat:

    Quant de temps! Merci pel que comentes. Ja, me les he deixades, però la llista seria interminable. Què em dius de l'Alícia Sánchez-Camacho? M'esgarrifa només de veure-la a la tele!

    César:

    Gran película, de verdad. Si podéis dejar los chiquillos un par de horas y hacer una escapada al cine, merecerá la pena. Saldréis con las pilas cargadas.

    Eva:

    Pero no debería ser para minorías. Es una de esas raras ocasiones donde una peli bien hecha y con enjundia puede hacer las delicias de las masas.

    Demófila:

    Muy bueno, eso de que con tus derechos ya tienes bastante, Me has hecho sonreír.

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  8. Bueno, Jota, yo parto de la base de que las mujeres, tradicionalmente, se han comportado de forma menos beligerante y más dialogante que los hombres no por ser mujeres, sino por el tipo de educación diferenciada que han recibido frente a los varones a partir de la división de los roles sociales según el sexo biológico. Numerosos estudios demuestran que las mujeres pueden llegar a ser tan violentas como los hombres. Nada en sus genes o en sus hormonas lo impide (lo muestran los ejemplos que has puesto). Así que sólo el hecho de que los hombres hubieran sido educados de otra manera –tampoco ellos, por supuesto, llevan en sí el “gen de la violencia”- habría impedido las guerras y los conflictos que mencionas.

    No obstante, supongo que ello exigiría una completa transformación de la sociedad. Tiendo a pensar que en toda sociedad que se caracterice por la existencia de un grupo dominante –los hombres- frente a un grupo dominado –las mujeres- no dejará de haber conflictos, en la medida en que los valores del dominio inculcados –competitividad, liderazgo, conductas impositivas sobre el otro- llevan ya en sí el germen o conducen fácilmente a la violencia. Además de que, obviamente, la violencia depende de muchos otros factores sociales que nada tienen que ver con el sexo y que si persisten harán persistir con ellos las manifestaciones violentas.

    Me apunto la peli, me han entrada ganas de verla tal y como la cuentas. Por cierto, que no te comenté en el post anterior pero a raíz de él y de lo que escribieron otros bloggers terminé viendo “Shame”. Tal y como anda el cine, de lo mejor que he visto en los últimos tiempos y de lo que más me ha dado que pensar. Tanto que busqué en cuanto pude “Hunger”. Otra experiencia de las que no se olvidan. Me quito el sombrero ante Steve McQueen.

    Un beso!

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