Suecia, 2009
Productora: Mia Engberg (varias directoras).
Cliente: Primetext
Cuando le comento a gente que acabo de conocer a qué me dedico, nunca falta el bromista que pregunta si doblo películas porno (profesión mítica que despierta una curiosidad y morbo quizá solo igualados por la de sexador de pollos). Una vez explicado que yo no doblo películas, sino que las subtitulo, debo decir que no es lo habitual, pero no puedo afirmar que nunca haya tocado el género.
Dirty Diaries, sin embargo, no presenta pornografía al uso. Para empezar, está financiada (!) por el Instituto Cinematográfico de Suecia (una vez más, qué gran país). Además, es un compendio de cortometrajes de tema sexual que van desde la pornografía explícita hasta piezas cercanas al videoarte. Para terminar, todos los cortos están dirigidos por mujeres feministas, con su manifiesto y todo, lo cual propicia una frescura en cuanto a temas y planteamientos y evita la habitual plasmación de fantasías pajilleras masculinas que lastra el género.
Como suele pasar en el cine porno, Dirty Diaries tiene pocos diálogos, y de hecho solo fue necesario subtitular tres de los cortos: Body Contact, de Pella Kågerman, el más narrativo, donde dos amigas quedan con un chico por un chat para que una de ellas tenga con él un encuentro sexual que será filmado por la otra; Phone Fuck, de Ingrid Ryberg, que reproduce una conversación caliente entre dos amantes lesbianas que se masturban a ambos lados de la línea telefónica; y Flasher Girl on tour, de Joanna Rytel, un corto a mi parecer bastante chorra protagonizado por una insufrible exhibicionista femenina de Gotemburgo, alter ego de la directora.
Como no podía ser de otra manera, el corto que encontré más interesante no estaba entre los que tenía que subtitular (sí, sí, me tragué la película entera, uno es un profesional). La pieza se llama Red like cherry, la dirige Tora Mårtens, y es un poema visual que casi nada muestra y todo sugiere, dando una lección de cómo hacer un corto de sexo tan excitante como atractivo visualmente sin caer en la zafiedad. Por cierto, que la anécdota de este encargo la protagonizó el responsable de producción de Primetext, que me escribió bastante azorado por la naturaleza de la película, preguntándome si me iba a sentir cómodo visionándola, hasta que le dije: "Tranquilo, a mí me incomoda la violencia, no el sexo". Y es que el cine no es ajeno a la hipocresía de la sociedad, y causan más escándalo los cuerpos desnudos que las tripas sobre el suelo, otro ejemplo más de que estamos enfermos y ni siquiera nos damos cuenta.
Esta es una peli que tenía intención de ver, pero todavía la tengo en cola, como siempre, jiji.
ResponderEliminarYo tengo un amigo q hizo las prácticas de doblaje, bueno, subtitular, en una compañía de peliculas porno. Su madre estaba escandalizada,y él super normal !!!
Mua!!!!!
¿Me acabo de enterar que has hecho también doblaje de pelis? Por eso me gusta tanto tu voz...porque seguro que me traiciona el subconsciente...
ResponderEliminarDíme que peli, anda...y así la vuelvo a ver. je je je
A lo mejor lo he entendido mal, cuando tú dices "no es lo habitual, pero no puedo decir que no haya tocado el género", no sé si hablas del género del doblaje de voz o de subtítulos de pelis porno...
Me gusta mucho el post porque a parte de infomar tiene bastante opinión personal.
Un beso y Feliz Fin de Semana de Carnaval.
Sin duda alguna, la violencia también me molesta más que este género de películas. Me ha encantado tu reseña. No te sabía tan polifacético, querido Jota.
ResponderEliminarBesos.
Qué entretenido tu trabajo, te felicito, aprendo, aprendo.
ResponderEliminarGracias
Frankie:
ResponderEliminarSi es lo que digo, que con el sexo no deberíamos escandalizarnos, o en todo caso mucho menos que con las ensaladas de hostias y la banalización de la violencia que pregonan muchas películas, especialmente las de acción. ¿Es más dañina la saga de Rambo o Garganta Profunda?
Maribel:
No, no doblo. Lo de la voz me viene de la etapa de "piriodista", hice cursillos de locución y trabajé un tiempo en la radio. Releyendo el texto es verdad que la frase ha quedado un poco ambigua.
Zarzamora:
Polifacético... y supercalifragilísticoexpialidoso!! ;)
María Eleonor:
Muchas gracias a ti por dejarte caer por aquí.
Nos seguimos leyendo.
jajajaja gaaaarganta profunda!!! Ya... tienes toda la razón :D
ResponderEliminarEste post me ha recordado a cuando pasé un ciclo de cortos (también del Instituto Cinematográfico de Suecia) en el festi de Cuenca. En alguno que otro salía alguna escena de sexo, nada fuera de la normal si no fuera porque tenía la sala llena de adolescentes hormonados de 4 institutos diferentes. Imagínate el panorama... Sobre todo porque no venían con subtítulos en inglés y me tocó pasarlos a pelo. Como habrás deducido, mis conocimientos de sueco brillan por su ausencia... Una experiencia inolvidable, vaya.
ResponderEliminarNada, sólo me dejaba caer para decirte que aunque no suela comentar, te leo siempre. Un abrazo y ¡actualiza, actualiza!
¡Hola, Tamara!
ResponderEliminarEsas anécdotas que cuentas son las que hacen que soportemos los sinsabores, que también los hay, y no pequeños, de nuestra profesión. Ya te contaré yo cuando me tocó pasar a pelo en japonés unas cuantas pelis en Donosti, salí con el pulpo Paul (DEP) agarrado a la cerviz.
Un abrazo y gracias por leer y comentar.
¿Sabes cuál es el problema para mí, Jota? Que el poco porno que he visto me resulta ya en sí mismo violento. Supongo que en parte porque es un porno realizado por hombres y para hombres, que nunca deja de explotar fantasías de dominación y sometimiento hasta en el hecho mismo de que la mujer aparezca gustosamente sometida al poder del falo. Y, por otra parte, porque el porno, desde mi punto de vista, cosifica al presentar una visión plenamente fragmentada de esos cuerpos desnudos, reducidos a miembros o cavidades, a pedazos de cuerpo que se aíslan del todo, a piezas como las que se muestran en las vitrinas de las carnicerías. No sé, quizá tenga una visión exagerada de la violencia, o tolere mal el hecho de que el porno proyecta justamente la perspectiva que resulta imposible desde la propia vivencia de la sexualidad, banalizando la interioridad de esa experiencia al convertirla en una pura exterioridad de imágenes desprovistas de todo misterio y belleza.
ResponderEliminarHe oído, no obstante, que el porno realizado por mujeres plantea algo muy distinto a esto. No he tenido la oportunidad de comprobarlo personalmente, pero parece que es lo mismo que señalas sobre esta película. Quizá sea el momento de hacerlo con ella.
Un beso!