Francia, 1974
Director: Bertrand Tavernier
Reparto: Philippe Noiret, Jean Rochefort, Jacques Denis e Yves Afonso
Cliente: Sumatra
Pudo verse en: Edición en DVD de Avalon
Esta película, basada en una novela de Georges Simenon, es muchas cosas: es el debú en largo de su director, es una película policíaca, de denuncia política y social, con la dosis justa de humor en los diálogos, por lo general brillantes. Es, sobre todo, un estudio de la evolución anímica de un personaje, en principio, secundario en la acción: el padre de un joven acusado de asesinato.
Michel Descombes es un relojero viudo y feliz (él mismo declara en la película que solo ha estado triste dos veces en toda su vida). Como lionés de pro, es amante de la comida, a ser posible en buena compañía (la película empieza con una cena de amigos en un restaurante donde hablan de política en tono humorístico). A la mañana siguiente de dicha cena, la policía le comunica que su hijo, estudiante de FP, ha matado al capataz de la fábrica donde trabajaba su novia y la pareja se ha dado a la fuga.
Tavernier estructura la película en torno a Michel, cómo éste asume la noticia y cómo evoluciona su actitud a medida que va conociendo detalles del asunto. Y a partir de ahí, se va realizando una fina crítica de la sociedad y la política francesa de la época, que empezaba a girar inevitablemente hacia la derecha. El asesinado era un tipo violento y rijoso, un veterano de Argelia e Indochina , heridas aún muy abiertas en la sociedad francesa de principios de los 70, que usaba su poder en la fábrica tanto para sofocar a palos el movimiento sindical como para intentar beneficiarse a las obreras, y surge el debate sobre si el crimen fue pasional o tuvo una motivación social o política e incluso si matar a una persona tan dañina está justificado. Como dice una de las compañeras de la fugada: "A la gente así, no voy a decir que haya que matarla, pero tampoco es necesario que exista".
Jean Rochefort y Philippe Noiret |
Finalmente, todo desemboca en la lucha del individuo por su dignidad frente al sistema. Sorprendentemente para ser una película de debú que tira con bala, no es en absoluto panfletaria, y la interpretación del gran Noiret logra darle a Descombes una dimensión tremendamente humana. Una película, como veis, con varias lecturas, capas y matices, que es necesario ver más de una vez, también para disfrutar del cruce dialéctico, especialmente brillante entre el padre del asesino huido y el inspector encargado de capturarlo, un Jean Rochefort en estado de gracia.
Subtitles by Jota Martínez Galiana